Nunca me gusto la carne. Desde niño la rechazaba y hacia toda clase de trucos para no tener que comerla, la escondia, la enterraba, cualquier cosa. La carne era la pesadilla de mi comida. Sin embargo mi mama me obligaba a comerla con amenazas y hasta a la fuerza. Cuando fui creciendo mis familiares y amigos me hablaban de los supuestos peligros de no comer carne. Me iba adesnutrir y debilitar irremediablemente, mi pelo se caería, me daría anemia y miles de cosas más. Con esta información empece a comer carne por mi cuenta pero más bien como un remedio. Nunca me dejo de repugnar pero lleno de miedo la comiá. Un día, tendria por ahi unos 15 años, escuche por primera vez eso de que existia gente que no comia carne, y llevaba años así y no se moria ni se le ponia amarilla la piel. Despues pude conocer algunos vegetarianos en persona, y obtener información real más allá de los mitos. Me hice vegetariano como quien regresa placido a casa. Fue un gran descubirmiento. Mi mamá aun vocifera y amenaza pero despues de la trombosis de mi padre, parece que ya no encuentra tan tan bueno la carne.
Alejandro Londoño. Guatemala.